y se ha intentado suicidar escribiendo un poema,
porque le duele la poesía.
Pregúntale que siente al tener en sus oídos
el "Vértigo" de Serrano o el "Contigo" de Sabina,
dos gotas de sal correrán por sus mejillas
y esas serán tu respuesta,
charcos de melancolía lo rodean,
en un país llamado nostalgia.
Si lo conoces sabrás que odia el alcohol,
pero le encanta estar borracho,
nunca lo verás sin un cigarrillo en la mano,
que por lo general es marlboro blanco.
Pregúntale por qué fuma,
responderá que porque no tiene sus labios,
lo leyó en un lugar por ahí.
Pregúntale si está enamorado,
agachará la mirada y tú, sabrás que si.
Pregúntale si le teme a la muerte,
responderá que solo al olvido.
Pregúntale mil cosas
y encontrarás respuesta solamente en su mirada.
Hurga en su alma,
en ese ático prohibido para encontrar sus demonios
y enamorarte de ellos,
como él lo hizo con los de ella.
Y ahí lo verás, escribiendo para no morir,
aunque muere en cada letra.
Aún sueña con París y ella con Venecia,
todavía la siente inmersa en sus versos,
nadando en su tintero,
naufragando en sus poemas,
sin salir de ellos.
Porque él, quiere que sepa que la quiere
y no quiere que lo olvide.
Porque él, quiere que lo quiera
aunque sea sólo un instante
y así, hacerlo eterno,
al menos,
durante ese instante
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