sábado, 22 de febrero de 2014

Cae la noche y todavía te espero

Cae la noche,
camino por el malecón de los sueños incumplidos,
con un cigarrillo en la mano
y una botella de whisky,
en busca de un bar que esconden las calles de esta ciudad,
donde todavía no he entrado.
La noche lleva su perfume
o tal vez soy yo el que lo recuerda,
porque no he podido olvidar su fragancia.
Camino,
y la luz de la luna llena
llena un poco mi vacío,
aúllan los canes,
se despiertan los vecinos
y todavía no he encontrado ese bar,
voy de uno en uno
entrando y saliendo
pero, ¿a quién busco?
¿a quién espero?
No lo sé,
tampoco quiero saberlo
así que entro al siguiente bar que encuentro
me pongo tan borracho
que no puedo distinguir el norte del sur,
no sé si estoy contigo o sin ti,
las farolas se convierten rápidamente
en el cementerio de las mariposas
que murieron ahogadas por alcohol en mi estómago,
pero por una que muere, dos nacen
es por eso que antes de olvidarte y odiarte
termino recordándote y amándote aún más.
Cae la noche y yo ebrio de amor
me duermo en una banca del parque.
Cae la noche, te espero
aunque sé que no vendrás.

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