jueves, 29 de enero de 2015

Retratos de un amor incumplido

La primera vez que la vi
lo supe
la chica de los converse sucios
en la tarde,
de los tacones altos
en la noche,
la chica con las ganas de bailar
a cada instante.

Lo supe,
era la mujer de mi vida
y comencé a llenar de sueños mis días
a hacer que forme parte de ellos
creí que sería mi pasajero en mi avioncito de papel
─por eso de que le encanta volar─
creí que viajaría conmigo a París a bordo de un verso,
creía que sería la actriz principal de este film un tanto idiota.

Pero nunca pregunté si quería formar parte del paisaje,
si quería llenar con su paleta de colores
mi vida gris,
si el rojo de sus labios
le darían un suspiro de vida
a mi agónica boca,
si su mano
quería guiarme
a través de la vía láctea.

Sin preguntarlo lo asumí.

Era la mujer de mi vida,
por eso del brillo de sus ojos,
por eso de la luz de su mirada,
por eso de ser como es
y no como quisieran que fuera,
por eso de que es valiente 
y exótica,
por eso de que es un misterio
sin resolver,
por eso de que es segura
y directa,
por eso de que es inocente
y madura.
Por eso.

Lo supe.

Era la mujer de mi vida
pero yo nunca fui
nada de la suya.


martes, 6 de enero de 2015

Insomnio

Está a punto de salir el sol
y otro día me encontrará fumando
lo cierto es que no he podido dormir
desde que te fuiste con mis sueños
y a estas alturas de la noche
tu recuerdo se clava hasta hacerme sangrar.
De nostalgia.

Cuento las veces que me he acordado de ti
en cigarrillos
y ya no me queda ni uno solo en el paquete,
he llenado los dos ceniceros
y unas cuantas latas de cerveza
con colillas.
(No sabes en verdad cuanto te extraño)

Nunca he sentido a esta ciudad tan callada
antes, cuando hacías de este mundo un zoológico
con tu pijama de osos,
cuando le robabas los segundos al reloj
en un beso eterno,
cuando escondías un océano
en cada uno de tus ojos,
eras capaz de romper el silencio
con tan solo uno de tus suspiro.
Parecía que el mundo bailaba
al compás de tus tacones
y  esperara que comenzaras a sonreír
para tener melodía.

Allí, afuera, no hay rastros de vida
solo un perro ladrando a la luz de luna,
creo que él debe ser el único que me comprenda ahora
quisiera salir y traerlo conmigo,
dicen que la soledad pesa menos cuando se la comparte,
pero yo no quiero compartirla
quiero que vengas y me la arrebates
que retomes tu lado de la cama,
que cobres con intereses
los abrazos que te debo,
que sacies tu sed
con mis labios,
que huyas del invierno
en mis brazos,
que me permitas ver otra primavera
en tus ojos
y que llegue el otoño
a tu vestido floreado.

Porque te echo de menos.
Y te quiero de más.

Debería levantarme y correr la cortina
he visto los primeros rayos de sol.
Me preparé un café,
me fumaré un último cigarro
y me tomaré una pastilla de esas para soñar
porque te quiero ver
aunque sea en mis pesadillas.