lo supe
la chica de los converse sucios
en la tarde,
de los tacones altos
en la noche,
la chica con las ganas de bailar
a cada instante.
Lo supe,
era la mujer de mi vida
y comencé a llenar de sueños mis días
a hacer que forme parte de ellos
creí que sería mi pasajero en mi avioncito de papel
─por eso de que le encanta volar─
creí que viajaría conmigo a París a bordo de un verso,
creía que sería la actriz principal de este film un tanto idiota.
Pero nunca pregunté si quería formar parte del paisaje,
si quería llenar con su paleta de colores
mi vida gris,
si el rojo de sus labios
le darían un suspiro de vida
a mi agónica boca,
si su mano
quería guiarme
a través de la vía láctea.
Sin preguntarlo lo asumí.
Era la mujer de mi vida,
por eso del brillo de sus ojos,
por eso de la luz de su mirada,
por eso de ser como es
y no como quisieran que fuera,
por eso de que es valiente
y exótica,
por eso de que es un misterio
sin resolver,
por eso de que es segura
y directa,
por eso de que es inocente
y madura.
Por eso.
Lo supe.
Era la mujer de mi vida
pero yo nunca fui
nada de la suya.