lunes, 24 de noviembre de 2014

A tu salud

Hace ya varios tragos
que dejé de beber para olvidarte
(es inútil)
pero sin embargo lo sigo haciendo.

Sufro de un vacío
Que solo tú lo puedes llenar
Créeme lo he intentado todo
Pero sin ti
Me sobra esta piel de oveja disfrazada de lobo
Haciéndome el fuerte
Y tratando de poner un orden a estas ruinas
En las que me he convertido.

Me duele no tenerte entre mis brazos
Jugando con tus cabellos y tratándote de hacer una trenza
Cuando en verdad no había un desorden más precioso
Que el verte despeinada.

Debes saberlo, a veces el café se enfría
Me quedo sin cigarros
Las ventanas se empañan
Y hay un invierno dentro de mi pecho
En esos momentos grito tu nombre mirando al cielo como pidiendo auxilio
y cierro los ojos guardando la ilusión en que al abrirlos
Estés tú
─Sonriendo─
Para que así cubras este vacío.
Pero lo único que aparece
es la nostalgia.

Otras veces dejo la ventana abierta
Porque sé lo mucho que te gusta volar
Y solamente entra ─volando─
ese viento frío
─Que sé que no viene desde tu casa
Porque no trae tu aroma─
Entra, para apagarme las velas
Y dejarme solo y en tinieblas
Le encanta joderme al destino
sabe que no tengo el brillo de tus ojos
y me deja todo a oscuras.

Y ya lo decía
Hace varios tragos
Que dejé de beber para olvidarte
Y es verdad
Pero al menos
Quiero
olvidar
Lo solo
Triste
Y vacío
que me encuentro.

Así que ponme un doble de whisky
Con tres hielos.
Que esta noche
brindo
A tu salud.

martes, 18 de noviembre de 2014

La calle de mis sueños

Hoy la vi,
Paseando por la calle de mis sueños
Llevaba un vestido floreado
Flotaba en cada paso que ella daba
Iba despeinada y sonriente,
como siempre

Daba vida a los charcos que pisaba
El sol salía solamente para verla
Y los pájaros en las ramas de los árboles
Le trinaban las más finas melodías.

Despertaba a los hombres de  sus sueños
Inspiraba a algún poeta bien borracho
Y un bohemio y su guitarra desafinada
Rasgaba entre sus cuerdas su dulce nombre
Tres letras, por cierto, pero eternas.

La combinación de sus ojos y cabellos
Hacían el arcoíris más perfecto que hayas visto.

No le gustaba llevar paraguas
Yo le gritaba desde el otro lado de la acera
Que lo lleve por si acaso hoy llovía,
Daba la vuelta y su mirada recriminante
Me decía que le encantaba ver la lluvia.

El tiempo no pasaba por su vida
Lucía más hermosa tras el tic-tac
No hacía falta luces para verla
Bastaba el brillo de sus ojos.
Mejor no hablar de su sonrisa
Me faltarían palabras para hacerlo
Y tendría que inventarme un diccionario.

Camina más rápido que de costumbre
Me cuesta mucho ahora seguirle el paso
Creo que nunca estuve a su altura.

Apenas veo ya su sombra
Paseando por la calle de mis sueños. 


domingo, 16 de noviembre de 2014

Ruleta Rusa

(Gira el tambor)

I
Un mar de dudas y deudas de besos,
un insomnio con tu nombre,
una cama para dos con la mitad deshabitada,
y vacío…
y nostalgia…

(Siempre existen segundas oportunidades)

II
Un océano en tu mirada,
dos continentes más al sur,
cielo despejado, mar, olas
y vacío…
y recuerdos…

(A la tercera va la vencida)

III
Tu nombre, tres veces dicho frente al espejo,
una luz apagada,
ladridos de perros en las aceras,
y vacío…
y oscuridad…

(A shot is gonna come)
             
IV
Cuatromil kilómetros de distancia,
un cigarrillo encendido,
demasiadas colillas por el suelo,
y vacío…
y desorden…

(Una última incertidumbre)

V
Cinco minutos y un nuevo amanecer,
una copa en la barra del bar,
una botella para llenarla si está media vacía
y vacío…
y silencio…

(No hay vuelta atrás)

VI
Rock & roll en la cabeza,
6 cuerdas eléctricas para ahorcarme
en clave de sol
y vacío…
y tristeza…
y muerte…

y tú…



miércoles, 12 de noviembre de 2014

Pequeñas poesías al amanecer

He visto amaneceres grises que nadie quisiera
me han cogido desprevenido
y sin un cigarro en la mano,
a veces, incluso, sin una cerveza.
solo con resaca.
Algunos dirían: culpa del ron
pero nunca me es suficiente una copa.
y eso que no soy buen bebedor
solo que el alcohol no hace bien su trabajo
y sigo sin poder olvidarte
y sufro resaca
de los sueños no vividos
de los abrazos
y besos
que te debo
de París junto a ti
de helados de chocolate
de comedias románticas
de los sobrenombres idiotas
que solo nosotros pudiéramos darles sentido.

Y hay una interminable deuda pendiente.