viernes, 10 de abril de 2015

Trucos de magia

Me he cobijado en la última silla de aquel bar
he sacado mi encendedor
y me he fumado todas tus ausencias

me he quedado sin cigarros y aún no termino de olvidarte.

La verdad es que no sé qué hechizo usaste
pero al paso que voy
se acabarán los segundos de todos los relojes del mundo
y tú no encontrarás la puerta de salida de mi pecho.
A veces,
incluso,
pienso
que soy yo el que tiene la llave de esa puerta
pero como soy un masoquista sin remedio
no permito que te vayas

porque no sé qué hacer
si no es pensarte.

Y es que nunca supe quien fui
antes de ti.

Y tampoco sabré quien seré
el día que en te marches.

Trato de contar los te quieros que nunca te dije
teniéndote en frente,
las veces que me enamoré de tu sonrisa
y del cielo de tu boca,
los mares que escondías tras tus ojos
y todos los hechizos que tenía tu mirada

pero nunca me alcanza el infinito.

Y es que no existe todavía fórmula alguna
para dejarte de echar de menos.

Saca todas las poesías del sombrero
con el que ibas a la playa
y concédeme tu mayor truco de magia:
que suene el último tic-tac, 
que se pare el tiempo en un beso de tus labios
y que después
y para siempre
te haya olvidado.